Una de las actividades que más placer nos produce compartir con nuestros hijos es el juego. Es cierto que ellos son una fuente inagotable de energía, a la hora de jugar, y a nosotros nos cuesta seguir su ritmo, pero esos momentos en los que podemos dedicarnos a ellos y a sus juegos son especiales, divertidos, de aprendizaje mutuo y de refuerzo del vínculo afectivo.
Pero, ¿es realmente importante el juego en el desarrollo de nuestro hijo?.